miércoles, 25 de marzo de 2015

El Comienzo II

Lo cierto es que no encontré mucha razón para haber ido allí, todo lo que me comentó podría habérmelo dicho por teléfono. Pero bueno, para qué perder la oportunidad de pasar más tiempo en mi querida univ... perdón, perdón, creo que si acabo la frase me atraganto verdad.

A grandes rasgos se resumió en volver a decirme el lugar en el que trabajaría, y un poco la labor piloto* que iba a desarrollar allí. Que era capital causar una buena impresión allí y que acabaran contentos, porque aquello se realizaba a través de él a título personal. Me comentó el sueldo, que en su momento me pareció más que interesante (ya entraré en esto más adelante, no estoy descontento del todo igualmente ahora mismo, aunque el entusiasmo es algo menor). Aprovechó para hablar de sus relaciones, enfatizar que era todo a través de él y la cátedra, que llevaba las relaciones con la empresa personalmente con uno de los jefes de allí. De hecho mayormente todo giró en torno a que era muy importante que quedaran contentos, que quizá hubiera la posibilidad de que hicieran una plaza de trabajo allí. O quizá no. Pero de todos modos lo importante, en fondo, era no deteriorar las relaciones que tenía con la empresa, con lo que debía resultar una experiencia laboral satisfactoria.También que era una buena oportunidad para aprender, coger experiencia y seguir abriéndome paso en el mundo laboral. Por último, sorprendente pero no menos importante, me remarcó que debían quedar contentos conmigo. Debe de ser que a pesar de toda la brillantez que se dedicó a repetir cada cierto tiempo hace falta que me repitan las cosas.

Quedamos en estar en contacto, y cuando estuviera resuelto ya me diría. Yo tenía un viaje entre medias, así que no podía ser hasta la vuelta (so pena de perder casi más dinero que el propio sueldo) que comenzara.

La idea era vernos a la vuelta, y a ese efecto a falta de unos días para volver a entrar en el país le mandé un correo. Y otro al día siguiente. Y, sí, por qué no, otro más. Todos obtuvieron su respuesta, por supuesto, pero ninguna un día ni una hora.

Se acabó resolviendo unos días después de volver, algo más tarde de lo que esperaba, pero bueno. Al menos pude dejar escapar un poco los nervios, porque en ningún momento me dijeron que fuera algo fijo al 100%, y en el momento que hubo una fecha se convirtió en algo real, algo sólido.

Y así, hijos (no míos espero), es como me estampé contra una roca.








*Tengo que dejar constancia de la importancia de la palabra piloto. Creo que sería más revelador si pusiera PILOTO. Aunque aún haría más justicia PILOTO. Y no creo que fuera muy descabellado dejarlo en  PILOTO. En fin, imagino que si habéis oído hablar del Costa Concordia os podéis hacer una idea de a lo que me refiero.

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